Reducir, reciclar y reutilizar, es posiblemente la regla mágica con la que se puede transformar un espacio abandonado y muerto, en un verdadero hogar. Por suerte cada vez son más los que apuestan por esas casas, granjas, almacenes olvidados que nadie quiere para reformarlos sin tocar su columna vertebral. Cambiar el ritmo, bajar las revoluciones y vivir más al día es una opción que siempre está ahí, pero
¿Quién se atreve a cambiar de estilo de vida? Hoy os contamos la evolución de alguien que dejó todo para vivir en esta casa en Menorca.
Esta es la historia del propietario de esta casa, un directivo de marcas de lujo que después de 25 años de duro trabajo decidió convertir su hobby en su nuevo trabajo. Al principio compraba espacios que les gustaban y los rehabilitaba para después venderlos. Hasta que encontró esta casa y la convirtió en su hogar.
Convertir un techo en un hogar reduciendo, reciclando y reutilizando
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Fíjate en la instalación de luz vista, la máquina recreativa o ese espejo estratégicamente colocado. |
La clave era mantener siempre una arquitectura sostenible, buscando soluciones inteligentes, simples y llamativas. La idea estaba bastante clara, al tomar una casa había que conservar al máximo su esencia. Reciclar todo lo reciclable y eliminar de manera justa todos los residuos que ya no sirven.
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Una bañera exenta nueva y un pupitre de escuela, comparten protagonismo |
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Un comedor que no se parece a ninguno |
Tratándose de un terreno con varios invernaderos y una nave de una planta, lo primero que hicieron fue una limpieza profunda que como resultado generó 14 toneladas de basura y 4 de poda. Odian tirar cosas, pero el saneamiento era fundamental antes de hacer nada más en su nueva casa.
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Y una sala con paredes rústicas, ¡de bloques! |
A partir de ahí,
trataron con amor todo lo que se podía reciclar. Limpiaron, sanearon y conservaron suelos de piedra y cemento, restauraron puertas, e hicieron una intervención muy mínima para mantener siempre presente la esencia de la casa.
El
tejado por ejemplo, se tuvo que hacer nuevo, pero no lo hicieron de la forma convencional. Usaron aislantes, cartón y tela de gallinero para hacer el soporte. El
depósito de agua, por ejemplo ya no servía para su función original, pero mira por donde ahora es el lugar perfecto para disfrutar de su particular cine de verano. La
balsa de riego es ahora una alberca. Y el invernadero sirve para cubrir un par de caravanas viejas también rehabilitadas, que hacen las veces de casita de invitados.
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El famoso cine de verano con sillas de director y entrada libre |
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La mezcla perfecta |
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Un biombo, una mesita de mármol y una colcha tejida en la isla. |
Ah y por cierto, aquí no busques
plantas que pidan mucha agua ni cuidados. La especialidad del vivero eran los cactus, y ahí siguen junto a los romeros, viviendo nuevas vidas.
Como además su dueño es un
coleccionista empedernido con alma ecologista, intenta en la medida de lo posible no comprar cosas nuevas, para evitar los desperdicios de toda producción. De ahí los carteles, espejos o cuadros que se van repartiendo por la casa. Igual que en las casas de mucha gente, los muebles van de un sitio a otro, se reparan, se tratan y van viviendo vidas nuevas.
Cuentan que en verano la casa se llena de invitados, y no nos extraña,
quizás todos quieran contagiarse de este estilo de vida tan saludable que practica el dueño de la casa, y su familia.
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De postal ¡A pesar de todo! |
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El invernadero da sombra a las casitas de invitados. |
¿Qué te ha parecido esta casa? ¿Serías capaz de dejarlo todo y vivir otro estilo de vida que te haga feliz?
*Imágenes procedentes de la
Revista AD.
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